En la fiesta, había mucha gente, creo que demasiada; yo no quería estar allí porque me estaba agobiando. Poco después nos fuimos para ir de casa en casa pidiendo caramelos.
Después de un rato, pensamos que ya era hora de ir a la casa abandonada. Era la primera vez que iba, y creía que la casa no podía estar encantada, que eso era mentira para dar miedo a los niños chicos, pero desde esa noche empecé a creer que era verdad. Bueno, primero dejamos los caramelos en mi casa y yo me eche más sangre falsa para parecer un verdadero zombie.
Después de un rato, pensamos que ya era hora de ir a la casa abandonada. Era la primera vez que iba, y creía que la casa no podía estar encantada, que eso era mentira para dar miedo a los niños chicos, pero desde esa noche empecé a creer que era verdad. Bueno, primero dejamos los caramelos en mi casa y yo me eche más sangre falsa para parecer un verdadero zombie.
Cuando llegamos, uno de mis amigos abrió la puerta, que no tenia cerradura. Estaba todo oscuro y con mucho polvo, encendimos nuestras linternas; era una casa muy grande, yo subí a la planta de arriba, mientras que mis amigos bajaron al sótano, había muchas puertas, entonces decidí entrar a una de las habitaciones, había un armario muy extraño, una cama de matrimonio, y junto a ella dos mesillas de noche y una mecedora, di media vuelta y dos pasos hacia la puerta, entonces escuche como la mecedora empezaba a balancearse, yo me asuste y baje las escaleras todo lo rápido que pude.De repente note como alguien me observaba, baje al sótano, no había nadie, mis amigos no estaban, fui al salón allí solo vi a Zeus, los dos nos preguntamos donde estaban los demás. De pronto la puerta se cerró, en el salón había una alfombra muy grande, y cuando me fije bien descubrí una gran mancha de sangre en la alfombra. Zeus se fue a buscar al jardín, y yo fui otra vez arriba, entre en otra habitación, en esta había un cama pequeña, un espejo roto, un armario, y una ventana abierta, cuando fui a cerrar la ventana, la puerta del armario se abrió, vi a alguien, pero estaba todo demasiado oscuro como para saber quién era o que era, encendí mi linterna, pero al poco tiempo las pilas se le gastaron, me quedé mirando al armario, la puerta se erró, me quedé encerrado allí, solo había una manera de salir y era por la ventana, el armario se abrió y alguien salió, yo me puse muy nervioso y conseguí bajar por unas enredaderas que se encontraban en la pared, estaba en el jardín, solo tuve que escalar una valla para poder salir de esa terrible pesadilla.
Fue la primera y la última visita a la casa, porque no volveré más.
Marta Dguez Navarro
Marta Dguez Navarro
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