Desde lo alto de un árbol en el patio de mi casa podía divisar el bosque, donde solía jugar cuando era pequeño. No me pude resistir; bajé del árbol y caminé hasta adentrarme en él. Todos fueron recuerdos de mi niñez. Siempre quise volver , pero me resistía. ¿Cómo pude dejar de venir? Aún estaba todo igual. Allí seguía el árbol con mis iniciales talladas, el puente de madera en el río... Fue cuando me pregunté:“¿Estará el señor don Oso con el que mi amigo Eric me solía aterrorizar mientras jugábamos entre los grandes árboles? ”Seguí caminando hasta introducirme en el corazón del bosque, donde realmente me sorprendió encontrar nuestra cabaña. Aún seguía teniendo la bandera en el tejado, el escudo y la espada sobre la pared de la entrada. La madera envejecida y húmeda me trajo más recuerdos.
Decidí entrar . En un instante creí volver a tener trece años. Me sorprendió ver algunas fotos de Eric en el suelo. Recogí algunas y fue entonces cuando apreté mis manos y, sin darme cuenta, la sangre manchó la alfombra. Entre mis manos, sin percibir el daño que me estaba haciendo, sostenía fuertemente el cristal roto de una de las fotos. Entonces recordé por qué dejé de ir al bosque. La alfombra era de la piel de don Oso, quien le arrancó la vida a mi amigo Eric. Salí de la cabaña triste y abatido. Eché a correr recordándolo ya todo: Eric, el señor don Oso, nuestra cabaña, nuestra niñez.
Fue cuando mi rostro comenzó a llenarse de lágrimas, mi cuerpo a sentir escalofríos, a sentirme muy mal. Me paré en seco, me dejé caer en el árbol de mis iniciales, me costaba respirar. Esperé a recobrar el aliento de nuevo y comencé a caminar. Miraba de vez en cuando hacia atrás, sin dejar de caer las lágrimas en mi rostro, y me hice esta pregunta que no me la hacia desde pequeño: “¿Por qué Eric? ¿Por qué? Por salvar mi vida del señor don Oso, te fuiste para siempre”. Regresando a mi casa, me dije: “Ya recuerdo por qué dejé de venir al bosque y por qué quería regresar cada vez que me subía al árbol del patio de mi casa e hice una promesa, no volveré más.”
Alumna: Laura Tejada Riquel
No hay comentarios:
Publicar un comentario